“ Mi carrera como piloto acabó el 12 de junio del 39 en el circuito Ille de Man. Mi inseparable Terrot funcionaba bien aquel día y pensé que haría un buen tiempo, así que paré unos segundos a deshinchar un poco los neumáticos debido a la lluvia. El piloto que me precedía cayó y, desafortunadamente, yo fui detrás. Después supe que la caída de aquel piloto dejó restos de aceite en la pista que con el agua de la lluvia no pude ver y me hizo estampar contra la tabla de cemento. El casco me salvó la vida. ”

La pasión por el motor le vino bien pronto a Miguel Simó. Con 14 años (1921) empezó a correr con una bicicleta equipada con motor auxiliar DKW 118 cm³ que él mismo se supo construir, la cual llegaba a los 85 km/h y, su única protección eran unas rodilleras regaladas por un buen futbolista de aquella época, Ricardo Zamora. Simó fue alumno de la Escuela Industrial de Barcelona y llegado al proyecto final anunció que realizaría un motor de moto. Sus compañeros estallaron a reír pero el director del centro le dio las facilidades para construir ud. De aquí nació el primer motor para motocicleta, un 148 cm³ a dos tiempos. Esta máquina le dio la primera victoria a la autòdrom de Sitges y en 1924 ya corría al Tour de Cataluña.

Una visita del Ministro de Industria a la Escuela Industrial permitió a Simó mostrarle su obra y le comentó que con dinero sería capaz de hacer una máquina más moderna y rápida. En 1927 Simó recibió 2.500 pesetas para realizarla.


“ Leí en un diario que existían subvenciones gubernamentales para las nuevas industrias y no dudé en plantarme en Madrid con mi moto. Después de hacerme volver y volver y volver me encontré en el Ministerio de Guerra presentándole al General Primo de Rivera quién me pidió 25 a 2.500 ptas/uno. Así es como del 1929 al 1932 fui productor civil con la modelo 148 cm³ y 250 cm³ a dos tiempos. “


Pero los negocios fueron de más a menos brillantes y en 1932 Simó dejó su actividad con el Gobierno y entró a General Motors como controlador, a pesar de que su deseo de competición, que había reprimido mientras era constructor de motores, le volvió con gran fuerza y no desaprovechó la ocasión de comprar y reparar una 250 Terrot OPC por 1.000 ptas. El Gran Premio del circuito de Montjuïc en Barcelona en 1934 fue la primera carrera al inscribirse para competir y, a partir de entonces, todo fueron buenos éxitos por todas partes de Europa: 1º al Tourist Trophy Español, 1º a Costa de Castrajena, 2donde al Gran Premio de Barcelona en 250, 3r al Premio de Bélgica , 2º al Tourist Trophy holandés y, 1º al Gran Premio de Barcelona en 350. “ La montaña mágica, uno de mis recuerdos más bonitos”

“ Cuatro meses después de que el cirujano del hospital del Ille de Man me diera el alta después de aquel fatídico 12 de junio del 39, se declaró la II Guerra Mundial,... “

Una vez de vuelta a Cataluña, Simó vivió prácticamente en el olvido del público en una silla de ruedas.

Y de este modo, Miguel Simó cerró la primera etapa dentro del mundo del motociclismo.

Acabada la guerra civil española, retomó la fabricación de vehículos, en este caso produciendo motocarros, triciclos con motor Hispano Villiers e incluso desarrollando, conjuntamente con Carrocerías Marugat (antiguo colaborador del fabricante barcelonés de automóviles Eucort) un exitoso microcoche tipo huevo, con carrocería de fibra de vidrio, equipado con el conocido motor Hispano Villiers de 197 cc. Este vehículo fue presentado a la Feria de Muestras de Barcelona de 1957.
Hacia el final de su etapa laboral, a la década de 1970, Simó se dedicaba en su taller de Enrique Granados a arreglar coches antiguos, especializándose en componentes varios como por ejemplo magnetos, ruedas, faros, bocinas, etc. También era un preciado restaurador de motores antiguos.

"La noticia de su reciente defunción ha removido la inoblidable vida humana, deportiva y profesional de este indiscutible hombre del motor. Galardones y alegría en su juventud, olvido y silencio hasta su muerte. Sirva este como homenaje del reconocimiento de sus méritos, exaltación de sus virtudes, humanas en toda su extensión, y sirva de ejemplo a aquellos que se puedan sentir identificados y sufran sus mismas privaciones pero disfruten de un gran corazón como el de Miguel, el cual dejó de batir el 28 de julio de 1977"